© Emilio White
Se perdió el 80% de los bosques originales
El territorio que originalmente cubría el Bosque Atlántico es hoy en día un paisaje transformado por las actividades humanas: se perdió más del 80% de los bosques originales. En la actualidad el paisaje forestal es una combinación de algunos pocos remanentes grandes de bosques antiguos y muchos fragmentos pequeños y medianos, con diferentes niveles de perturbación.
La pérdida de la cobertura forestal no afecta únicamente a la
biodiversidad, sino que también a las personas que viven y dependen del Bosque Atlántico para vivir y desarrollarse.
EL BOSQUE ATLÁNTICO ES UNO DE LOS 10 HOTSPOTS FORESTALES MÁS AMENAZADOS DEL MUNDO
(por Conservation International en 2011)
14.032 KM² DE BOSQUES SE PERDIERON ENTRE 2000 Y 2014: CERCA DEL 1% DE LA EXTENSIÓN ORIGINAL DEL BOSQUE ATLÁNTICO
El Estado del Bosque Atlántico. Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF (2017)
Situación en Argentina
En Argentina predomina el Bosque Atlántico del Alto Paraná, ecorregión compartida con Brasil y Paraguay. El bloque mejor conservado de la ecorregión se encuentra en la provincia de Misiones, debido a un proceso de desarrollo poblacional más reciente en comparación a Paraguay y Brasil. Posee una superficie aproximada de 14.034 km² en diversos estados de conservación y fragmentación.
Sin embargo, más de 11.000 km² de bosques se perdieron desde el inicio de la colonización. Entre 1989 y 2004 se registró una tasa de deforestación de 17.600 hectáreas (ha) por año, lo que equivale a 2 ha por hora. La Ley de Bosques, promulgada en 2009, permitió controlar el ritmo de pérdida de bosques, y para 2019 se registró en Misiones una pérdida anual de 2.871 ha de tierras forestales.
Amenazas: Deforestación y conversión de ambientes
La deforestación y conversión de ambientes naturales son muy preocupantes. Refieren a la pérdida de la cobertura vegetal natural de un ambiente, (como bosques, pastizales, humedales), generalmente provocada por la acción humana para destinar ese suelo a otras actividades, como la agricultura, la ganadería y la urbanización.
Estos procesos –en la forma que fueron desarrollados- tienen un enorme impacto negativo: contribuyen al cambio climático -ya que se incrementan las emisiones de dióxido de carbono (CO2)-. A su vez, reducen y fragmentan el hábitat de especies animales y vegetales -aumentando el riesgo de extinción-, y dificultan la capacidad de los suelos de regular excedentes de agua y, por ende, se producen inundaciones. Pero también atentan gravemente contra el desarrollo sustentable de la sociedad, ya que disminuyen la provisión de servicios ecosistémicos, como la regulación del clima, la captación y reserva de agua dulce, y la estabilidad de los suelos para la producción de alimentos.
La deforestación, conversión y fragmentación de los ambientes en el Bosque Atlántico son procesos que siguen ocurriendo y, de
continuar, el futuro de la ecorregión y de su biodiversidad se
tornarían aún más preocupantes.
© Emilio White
Consecuencias
Pérdida y fragmentación de hábitat
La pérdida de hábitat por deforestación o transformación (conversión) de ambientes naturales para desarrollar actividades humanas es la principal causa de extinción de la biodiversidad. Las plantas y animales se han adaptado, a lo largo de la historia, a vivir en distintos ecosistemas naturales -como bosques o pastizales- y la degradación, pérdida o modificación de estos ambientes las impacta de forma negativa.
Pérdida de biodiversidad
La caza furtiva de especies contribuye directamente a la pérdida de biodiversidad en el Bosque Atlántico. Si bien la captura de animales y plantas silvestres están prohibidos en todo el territorio argentino, es una de las principales causas de la extinción de muchas especies.
Nuestro trabajo sobre el Yaguareté
Deterioro de los recursos
La degradación de los ambientes naturales afecta los recursos naturales que sustentan los medios de vida de la población local, como la provisión y disponibilidad de agua segura. A su vez, la capacidad productiva de las tierras y la soberanía alimentaria de los habitantes rurales y pueblos originarios que viven y dependen del bosque se ve amenazada.
Encontrá más información en El Estado del Bosque Atlántico.